La Virgen María, quien concibió por obra del Espíritu Santo, se encuentra con su prima Isabel, quien ha concebido un niño milagrosamente en su vejez. Juan el Bautista salta de gozo en el vientre de Isabel al encontrarse con Jesús en el vientre de María. Llena del Espíritu Santo, Isabel reconoce al pequeño Jesús aún no nacido como su Señor.
Imagine el gozo de María en este encuentro que confirma que nada es imposible para Dios y en oír que su prima comparte, al menos en parte, el secreto hasta entonces conocido sólo por ella y José. Con María y José, Isabel y Zacarías, deje que su alma también glorifique al Señor y humildemente reconozca su amor salvador por Ud.
María, llena de gracia, y José, hijo de David; honor a ti, Madre de Dios, y a ti, custodio del Redentor. Eterna alabanza al Niño con quien formaron una familia, Jesús, el Señor.
Santos Esposos, …