Dios escoge a la virgen María, desposada con José de la casa de David, para el milagro de su venida en carne humana. El Hijo de Dios se hace dependiente de la aceptación de una madre humana, y de ahí en fuera toma la naturaleza de un pequeño cigoto en su vientre.
Reflexione en el corazón humilde de María lleno de asombro con la aparición del ángel Gabriel escogiéndola para la más grande de todas las misiones humanas. Admire la disponibilidad sin reservas expresada en su decisión, “hágase en mi según tu palabra.” Con María regocije en la grandeza del amor de Dios vertido por usted por medio de su Hijo que entra en su vientre.
María, llena de gracia, y José, hijo de David; honor a ti, Madre de Dios, y a ti, custodio del Redentor. Eterna alabanza al Niño con quien formaron una familia, Jesús, Encarnado.
Santos Esposos, …